El estilo de vida humano moderno, el estrés diario, la reducción del movimiento, la mala alimentación, el medio ambiente contaminado y muchos otros factores llevan a respirar con más frecuencia y mayor volumen de aire, lo que hace que las personas se vean obligadas a respirar profundamente sin darse cuenta.
También existe una percepción generalizada pero errónea (sin pruebas científicas que la respalden) de que la respiración profunda es beneficiosa y a menudo se recomienda como instrucción para relajar la tensión mental y como forma de respirar al hacer ejercicio.
Sin embargo, los estudios científicos y la experiencia sobre la aplicación de la respiración correcta documentan lo contrario. Pues la causa de muchas enfermedades y del deterioro gradual de la salud se debe a la respiración incontrolada y profunda.
La respiración profunda es un reflejo del sistema nervioso y del centro respiratorio debido a una oxigenación insuficiente del cuerpo en un intento de aumentar la oxigenación necesaria.
Sin embargo, la oxigenación necesaria de la célula no se consigue a través del aire inhalado, sino como resultado de la participación del CO2 (dióxido de carbono) en la liberación de O2 (oxígeno) de la hemoglobina en la sangre, lo que en fisiología se conoce como efecto Verigo-Bohr.
Como consecuencia de la respiración profunda, no sólo inhalamos profundamente, sino que también exhalamos profundamente, lo que provoca la pérdida del valioso dióxido de carbono necesario para completar el aporte de oxígeno a las células.
En la respiración profunda repetida y prolongada, que consume un volumen de aire superior al normal, se produce el fenómeno de la hiperventilación.
En la imagen observará que los niveles de dióxido de carbono en los pulmones son inversamente proporcionales al número de respiraciones por minuto. Esto significa que cuanto más aire se respira, menos es el nivel de dióxido de carbono alveolar.
El "síndrome de hiperventilación pulmonar oculta" pone de relieve que la hiperventilación es la causa patogénica de más de 200 enfermedades, como alergias, asma, diabetes, enfisema, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, enfermedades autoinmunes, apnea del sueño y fatiga crónica, entre otras.
Cuando decimos deterioro funcional nos referimos a la desregulación gradual y al deterioro general del metabolismo debido a la alcalosis respiratoria, que es una consecuencia de la hiperventilación.
Recordemos los experimentos del fisiólogo Dr. Henderson (1909), en los que se obligaba mecánicamente a los animales a respirar profundamente y, por tanto, a perder continuamente CO2 El resultado fue que murieron. Se sabe que cuando el CO2 baja a 3% el pH de la sangre se desplaza a 8 (en lugar del 7,4 que debería ser) y el organismo humano fallece.
La alcalosis respiratoria tiene como consecuencia las siguientes alteraciones fisiológicas y orgánicas :
1) Trastornos fisiológicos:
La alcolosis respiratoria impide la formación de proteínas, péptidos, ácidos nucleicos, lípidos e hidratos de carbono. Imposibiliza las funciones de las enzimas hasta su completa inactivación. Como resultado tenemos una producción disminuída de energía (ATP).
2) Debilitamiento del sistema inmunológico (es decir, disminución de las defensas).
Existen muchos síntomas y patologías asociadas a la falta del nivel necesario de CO2 en el organismo y, por tanto, una escasez de oxigenación en las células:
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María Santos